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| Valle de Ucanca y mi sombra a la derecha. |
Tras una noche... movidita, en la
que nos despertamos como unas 3 o 4 veces, nos levantamos a las 5:45 horas,
recogimos todos y bajamos a "desayunar", nuevamente poca comida sobre
la mesa, una especie de colacao, 3 barritas energéticas y un termo de té que
nos acompañaría el resto del día, comimos sin prisas pero sin pausa mirando las
mesas de los demás... al menos yo las miraba como perrillo hambriento, lo
dicho, no me vuelve a pasar, la próxima vez cargo con algún kilo más pero
camino satisfecho.
Con el foco en la cabeza nos
dispusimos a salir, un frio tremendo y una noche cerrada, una pareja acababa de
salir delante nuestra y nos sacaban unos cinco minutos de distancia, otro tres
montañeros con unas pintas de montañeros que tiraban para atrás salían justo
detrás nuestra, con un muy buen ritmo empezamos a subir y pronto a sufrir,
"caminito cabras" desde el inicio, nos equivocamos un par de veces
aunque dimos rápido con el sendero, pronto cogimos a la pareja ya que iban un
poco rápido y eso pasa factura y tienen que parar más, curiosamente se nos
unieron al paso y no volvieron a descansar.
Una buena anécdota fue ver pasar a
4 alemanes como cometas por nuestro lado, saludándonos y nosotros asombrados,
¿que ritmazo no?... a la media hora y como la lógica indica volvimos a
pillarlos, pasito a paso pasamos nuevamente por su lado, todos desfondados y
con cara de... sí, nos hemos pasado.
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| Amanecer |
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Pues eso, pasito a paso iba a amaneciendo
y nosotros llegando a la zona del teleférico, hicimos una parada obligatoria justo
antes de llegar al teleférico por que el sol nos lo mandó, impresionante
estampa y la verdad que solo por ver la imagen del sol saliendo merece la pena
subir al Teide.
Tras varias fotos seguimos caminando
y detrás nuestra la parejita, poco más de una hora y media más o menos llegamos
al teleférico,
aquí os dejo el entrenamiento de esta parte del día.

Ya estábamos bastante cansados pero
decidimos no parar y seguir hasta el pico. La cosa se ponía interesante y el
desnivel se notaba cada vez más, ya no caminábamos, ya casi trepábamos para
poder hacer cima, los vapores de azufre que desprendía la montaña era cada vez
más intenso, 3.700 metros, ya quedaba poco. No paramos prácticamente en ningún
momento, solo un par de veces para coger una buena bocanada de aire, con poco
oxígeno, para poder seguir. Sobre las 08:05 de la mañana llegamos por fin al
pico, ¡
CUMBRE! increíble, vistas espectaculares, una sensación impresionante,
somos los que más alto estamos en todo el territorio español, no hay nadie
pisando suelo español por encima nuestra, es una sensación magnífica y te das
cuenta que todo el esfuerzo merece la pena solo por notar todas esas
sensaciones que aparecen en esos momentos.
Veo La Palma, Las Palmas y La
Gomera, en esta última el sol sale cuando el Teide quiere, su sombra la ocupa
prácticamente entera y te das cuenta del poder que tiene la montaña más alta de
España. No se puede explicar con palabras y menos escritas, hay que estar ahí
para saberlo, las fotos tampoco apreciarán la dimensión de todo el panorama, es
simplemente espectacular. Unas cuantas fotos y para abajo que hace bastante
frio.
Ignorantes de nosotros no sabíamos
lo que nos esperaba, la bajada no solo iba a ser más dura que la subida, si no
que nos iba a machacar las piernas y la mente. Después de todo lo que ya
llevábamos, no solo de los kilómetros si no del desnivel, madrugón, frio, etc,
nos quedaba una bajada que a cada paso se hacía más dura, sinceramente pensé en
bajar por el teleférico y dejarlo así, escapar en tablas (como aquí se dice) lo
que viene a significar, dejarlo en empate. Gustavo dijo de bajar andando hasta
el coche, y yo lo veía todo muy negro, cuando llegamos a la zona del teleférico
volví a repetírselo y pareció pensárselo, lo vi dudar y le leí la mente, ¿cómo
no vamos a bajar andando? mi atrevimiento me jugó una mala pasada esta vez,
¿Quieres bajar andando? ¡Pues venga vamos! y comencé a bajar primero, Gustavo
me siguió como diciendo... claro que si joder.
Dos horas y media rompiéndonos las
piernas, pisando piedras volcánicas que resbalaban, llegué a pisar una enorme
que resbaló casi un metro y yo encima cual surfero asustado, bajando escalones
y desniveles fuertes, y sin bastones de apoyo, una locura. Ahí volví a
comprender que me había equivocado con las botas militares, me pesaban
muchísimo y ya no me daba más, no conseguía levantar los pies más de 10
centímetros del suelo y eso me hacía tropezar con las piedras teniendo que
rectificar una posible caída y así durante dos horas.
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| En la cima de España. |
Más tarde llegamos a la parte fácil,
una bajada sin tantas piedras, más llana, pero el cuerpo ya estaba reventado,
la mente más si cabe y se hizo eterna, solo tardamos unos 35 minutos más pero
fueron larguísimos. Conté esta parte del entrenamiento desde el teleférico y
aquí
podéis ver las estadísticas, muy fuerte. Mi socio me abandonó al comenzar el
último tramo, bajando por entre unas veredas que hacían el camino mucho más
corto, yo como buen Leo cabezón evité la tentación y seguí el sendero por donde
debía ir. Al llegar al coche el ya me esperaba dentro, cuando pisé la carretera
parecía que estaba volando, la falta de comida y la poca hidratación hacía
mella y se notaba demasiado, tanto que me quedaba dormido, me faltaban fuerzas,
muchas. Quemé unas cinco mil y pico calorías durante la tarde anterior y esa
mañana, demasiado para las que repuse, que fueron muy pocas.
Fue una experiencia única, que
aunque en ese momento no quise repetir, ahora ya pienso cuando volver a
hacerla. Pienso en cambiar algo, para hacerla diferente, eso sí, esta vez, no
llevaré botas, llevaré más comida, menos ropa y más conocimiento. Tengo que
llevar música, porque mucho me temo que la próxima vez voy a ir solo.
Espero que os haya gustado el relato
de esta historia y si es así que me escribáis lo que os ha parecido.
Hasta la próxima, muchas gracias y
espero que me sigáis en Everest Desde Cero, iré contando más entrenamientos e
iré metiendo cositas sobre el viaje, que ya voy pillando información.
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| Desayunando. |
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| Amanecer. |
Muy chulas las fotos! A seguir.
ResponderEliminarGracias, salian un poco movidas, pero es que con la rasca que hacia...
EliminarBonita experiencia. Para la próxima irás más preparado y con más alimentos; las experiencias ayudan a mejorar. Esperando tu próxima ruta.
ResponderEliminarLa verdas es que si, esto aparte de ser entrenamiento físico también ayuda a saber que cosas llevar y te enseña a ver fallos y cosas a mejorar, la comida es una :)
Eliminarhostiaaaa!!!! biomagnetismo españa ahí a tope,...para cuando unos videos cortos del momentazo...?? pa la próxima lo subimos de espalda que así se trabaja la parte baja del gemelo que me faltó por ejercitar....
ResponderEliminarA ver si los monto, que ya sabes que soy mu vago pa esas cosas... pronto, lo prometo
EliminarFantástica la sombra del Teide proyectando una pirámide...Me suena de algo...
ResponderEliminarSaludos.
Pablo.
El Teide es un espectáculo de la naturaleza que por suerte puedo disfrutar cuando quiero y puedo. Su sombra es cautivadora y te deja sin aliento cuando la ves aparecer, imnotiza desde el primer momento. Saludos Pablo!
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