lunes, 21 de marzo de 2016

Después de la tormenta…

Más cosas:
El lunes compro la vacuna, se llama VIVOTIF (Fiebre tifoidea) al parecer me la puse cuando fui a Egipto pero si han pasado más de tres años (como es el caso) hay que repetirla. La otra vacuna que debería ponerme es Hepatitis A, pero la tengo puesta, me la pusieron en el trabajo y al parecer es efectiva durante 25 años después de la vacunación. Tema zanjado.

El dinero, lo llevaré en la tarjeta. Pagaré con la tarjeta el resto de la expedición y la parte en metálico llevaré una pequeña parte para pagar pequeños gastos en los pueblos, lo cambiaré allí mismo en Katmandú donde hay muchas casas de cambio, euros – rupias nepalíes, me dicen que dan bien el cambio y a demás pueden cambiar en billetes más pequeños incluso parte en monedas. Otro tema zanjado.

Por otro lado, desde que tuve la idea de ayudar, aportar un granito de arena y se me ocurrió llevar material escolar y uniformes para los niños de una ONG de Katmandú (www.pfnepal.org) se me ha ido un poco la olla con este tema, tanto que he dado un poco de lado mi principal meta que es llegar al campo base del Everest, tanto que he dado un poco de lado al pensamiento del propio camino por recorrer y me he centrado mucho más en la ayuda, como suelo llamar a esta idea. Me ha causado un poco quebradero de cabeza, como manejarlo no ha sido nada fácil, como hacerlo, a quien pedir ayuda, ponerme en contacto con las compañías con las que viajo, etc. En fin, un jaleo, que me ha tenido alguna noche sin dormir y me tendrá alguna más.

Material para Nepal.
También tengo que decir que ahora estoy más relajado, he conseguido poner las dos maletas en Madrid y ya tengo el dinero para poder pagar la facturación de estas dos desde Madrid hasta Katmandú. Por lo tanto ya me desentiendo un poco al pensar que las tengo allí salvo algún imprevisto. No sé cómo se comportará la aduana nepalí, Gautam, el señor que lleva la ONG me ha dado su teléfono y me ha dicho que cualquier problema que surja allí lo llame que en nombre de la ONG será fácil solventarlo, así será en caso de “pegas”.

Quiero agradecer al Centro de Educación Infantil de mi hija por toda la colaboración que me han prestado, tanto por los uniformes como por la recogida del material como por el aporte económico, muchísimas gracias, sin el Centro no habría sido posible nada de esto.

Haciendo el Tetris escolar.
Como no a las madres y padres de los compañeros/as de mi hija, han aportado una cantidad de material brutal, muchísimo más de lo que cabía esperar. Ha sido tantísimo material que he conseguido llenar la maleta completa con sus 23 kilos y rellenar la maleta de uniformes con el espacio que sobraba, aparte de esto, ha quedado muchísimo material aquí en Tenerife, entre mi compañero de viaje y yo vamos a llevarnos unos 13 o 14 kilos de material repartido entre nuestras maletas. Muchísimas gracias de nuevo.

Quiero agradecer desde aquí también a mi compañero, una buena persona que se presta a estas “locuras” mías sin siquiera preguntar, no lo duda, ayuda y listo, un crack.

Por donde iba, que queda tanto material que tengo que dejar en tierra, es una pequeña parte, en su mayoría libretas (que llevo muchísimas) las cuales entregaré a mi vuelta en Aldeas Infantiles de Santa Cruz de Tenerife, ya hablé con una trabajadora y me dijo que las aceptaban con mucha alegría y que iban a volar por que les hacían falta. No encuentro nada mejor que hacer con este restante de material, y me parece una buenísima solución.

Entrenando en el Teide.
Después de este enjambre de ideas y gestiones para organizar todo esto, he vuelto a entrenar, dicen que después de la tormenta siempre llega la calma y ahora toca relajarse un poco y centrarse en el tema “principal” de este viaje. Salgo a correr casi todas las noches y he notado una mejoría en mi cardio. El domingo pasado salí con el compañero de fatiga a patear el Teide, que por cierto, está precioso. Caminar por la nieve es bastante cansado y hay que tener un especial cuidado porque se te hunde una bota y como no estés rápido te partes una pierna como si fuese mantequilla. Estuvimos unas dos horas y media de pateo. Aquí dejo el entrenamiento, por si quieren echarle un vistazo.

Romen de vuelta.
Entrenando.
En estos últimos días no sé si tendremos tiempo de hacer un último ascenso al Teide, posiblemente no, pero no dejaré de entrenar, haciendo bastante cardio y cogiendo fuerza en las piernas que falta va a hacer. Me hubiera gustado entrenar más pero entre que el Teide ha estado nevado y todo cortado y los comedero de cabeza que he tenido… De todas formas me pondré a ello otra vez y a ver si recupero el tiempo perdido.

No me extiendo más, en la próxima entrada os comento algo que ha llegado a mis oídos sobre Nepal y como he abordado ese tema, y eliminado de raíz. ¡Saludos!





Panorámica del Parque Nacional del Teide.


viernes, 18 de marzo de 2016

El camino.

He tenido una semana extraña, pero no paro, no he tenido tiempo ni de pararme a escribir. Queda muy poco ya, apenas unos días para emprender el viaje que me lleve a mi sueño, al grande. Todos los días pienso aunque sea media hora, pienso si ya tengo todo lo necesario, que me voy a encontrar, que es lo que voy a ver, que es lo primero que voy a sentir… No hay un día que no lo medite, y me quedo ensimismado con la mirada perdida, ya me veo allí.

Quiero disfrutarlo todo, desde el primer avión que me lleve a Madrid, hasta el mismo momento que me reencuentre con mis dos amores. Disfruto viajando, me encanta planearlo bien, disfruto haciendo la maleta y me encanta los nervios previos al entrar al aeropuerto y no porque me dé miedo el avión, si no, porque me encanta volar, cuantas más horas mejor, eso significa que al aterrizar me encontraré en algún lugar muy distinto al que estoy acostumbrado, me encanta salir de la zona de confort, para mí es como una máquina del tiempo, entras en Tenerife y apareces en otro lugar, me encanta, no puedo describirlo con muchas más palabras.

Foto EducaNepal
Hoy me mandaron unas fotos que me gustaría compartir con ustedes, son de la ONG Educanepal, una organización genial que ayuda muchísimo a los niños nepalíes, podéis seguirlos en Facebook y ver que gran labor realizan allí. 
Foto EducaNepal
Mi mujer me dice que hay que ser fuerte para estar allí y ver eso, desde que tenemos a la niña estamos muy sensibles con estos temas. Seguramente por éste motivo se me ocurrió la idea de llevar la ayuda.
Desde hace más de diez años soy socio de Greenpeace, desde que nació mi niña, también lo es ella. Hace unos cuatro años me hice socio de WWF y desde que somos padres también me hice socio de UNICEF, total una pasta al año en ayudas, pero me merece la pena.

Lo voy a pasar muy bien y también sé que lo voy a pasar mal, ya no solo físicamente o por el tema biológico, en el sentido de cómo se comporta mi cuerpo en la altura, cosa que no sabe nadie, si no, que también sé que lo voy a pasar mal mentalmente, quiero estar todo lo preparado posible, saber que me puedo encontrar, pero cuando veo estas fotos…  se me rompe un poco el alma y eso que son fotos, habrá que verse allí, con ellos.

Los problemas que allí surjan serán un reto y no me importa cuáles sean, como la vida misma está llena de baches y la esencia principal es poder superarlos, es así como se hace uno más fuerte, superando problemas, así que intentaré no verlos más allá de baches que hay que pasar, problemas que hay que resolver.
Foto EducaNepal
Desde luego para mí sería un palo no llegar al campo base, pero tampoco estoy obsesionado, me han recomendado muchas cosas para el mal de altura, incluso pastillas para evitar los síntomas de la enfermedad, pero voy confiado, no las voy a tomar a no ser que sea en caso de extrema necesidad, quiero hacerlo yo, quiero que mi cuerpo sienta donde y como estoy y si no puedo pues media vuelta y se acabó la aventura. Solo el haberlo intentado ya es para mí una victoria, además de los palos se aprende y se gana experiencia. También tengo toda la vida para volver a intentarlo.

Hace poco, muy poco, era un chaval con un montón de sueños por cumplir, me acuerdo de estar en mi barrio, en Melilla, hablando con mis vecinos y mi amigo Miguel, no parábamos de soñar y de intentar hacer cosas, algún día os contaré el apodo que me pusieron en el barrio por intentar hacer estas cosas, algún día os contaré que me regaló mi tío Javi (con el que vi aquella película, K2) os contaré como comenzó todo y de ahí mi apodo de aquél entonces, muy bien puesto ahora que miro hacia atrás.
Foto EducaNepal
A día de hoy sigo siendo un chaval, cumpliendo sueños junto con mi mujer, mi hija y en este caso solo. Los sueños hay que perseguirlos, hay que buscarlos y siempre hay que seguir soñando, mi vida no tendría sentido de otra forma, no la concibo de otra manera. La felicidad, al menos la mía es esa, perseguir mis propios sueños, ponerme metas y retos y no parar hasta conseguirlos.  El haber pasado de aquel chaval, al que soy hoy en día, para mí ya es un logro, no hay nada mejor en esta vida que mirar hacia atrás, ver de dónde vienes y después mirar hacia adelante y sorprenderte al ver hacia dónde vas.

Por último para no cansaros, comentaros que ya tengo las dos maletas en Madrid esperándonos. Cuarenta y seis kilos de material que a bote pronto he valorado en más de 800 euros, nunca tendré palabras suficiente para agradecer toda la ayuda que he recibido y sigo recibiendo. Os cuento como voy a hacer con el material restante y os pondré fotos en mi próxima entrada que caerá este mismo fin de semana. Sean buenos y no dejen de soñar, pero en movimiento.

martes, 8 de marzo de 2016

Las dudas.

Sigo con los preparativos,  me encanta preparar un viaje y dejar todo lo más atado posible, estoy ahora mismo con el tema del dinero.

Por un lado queda terminar de pagar la expedición, iba a llevarme el dinero conmigo pero es una cantidad importante y prefiero pagarlo in situ con tarjeta de crédito, he preguntado si se puede hacer y estoy esperando respuesta, no creo que haya problemas.

Por otro lado está el resto del dinero. Durante la expedición entra casi todos los gastos, alojamientos,  comidas, etc, pero siempre surge algún capricho y en este tipo de viajes y a esas alturas suelen ser en forma de comida, y claro... ¿qué te puede costar un trozo de pan con algo en un pueblito donde llevar ese algo es muy costoso? Pues a saber... ¿que puede costar un zumo de naranja en un sitio donde las naranjas  están a 70 kilómetros andando? Imaginaos...

Por esto es mejor llevar dinero encima, y ahora surgen unos pocos problemas.

1- ¿Pago en euros, dólares, o rupias nepalíes? En rupias todo costará más barato y siempre podremos regatear el precio cuando notemos que nos quieren sacar un extra, con euros o dólares ya estaríamos perdiendo el extra de entrada.

2- ¿Donde cambiamos esos euros? Allí al parecer hay bastantes casas de cambios... pero claro, ¿cambiarán a buen precio? y ¿qué billetes nos darán?  Cambiar 250€ vienen siendo unas 25.000 rupias nepalíes,  y en ningún sitio vamos a poder comprar un zumo con un billete de 100 rupias. Por lo tanto necesitamos monedas o billetes pequeños,  ¿quién nos va a cambiar eso?

3- ¿Nos podrán cambiar euros a rupias allí o tendremos que cambiar primero a dólares aquí y después a rupias allí?

4- Otro dilema es cuanto llevar, como nos quedemos cortos no podemos sacar durante el trayecto en ningún sitio y si nos pasamos vamos a tener problemas en digerir las rupias cuando nos las tengamos que comer.

Como veis solo este pequeño tema es un quebradero, nuevamente tendré que analizar bien que hacer.

Hoy estuve en Sanidad Exterior, vaya “simpatía” que se gastan allí, en fin, que al parecer tengo que ponerme la vacuna de la fiebre Tifoidea y la de la Hepatitis A. 
La primera es no es una vacuna en sí, es un tratamiento de tres días, una pastilla cada día y la segunda me la debería de poner si es que no me la he puesto antes, ¿y ustedes saben si me la puse antes? Yo tampoco. Tendré que buscar en el archivo del viaje a Egipto a ver si por casualidad hay algo de esto, ya que esta vacuna me la mandaron también cuando viajé allí.

Por último contaros que la primera “maleta” ya está en Madrid, se la llevó mi mujer en un viaje de trabajo y se la dejó a nuestro amigo Rubén, gran persona con buen corazón que me hace el favor de recogerla hasta mi llegada, no queda ahí la ayuda de este amigo. En estos días vuelve a Tenerife y se va a los dos días, le he pedido que se lleve la segunda maleta ya que él no factura equipaje y sin dudarlo ha aceptado, ¡¡GRACIAS!!

Así que en unos días ya tendré puestas en Madrid las dos maletas que quería, a la espera de mi llegada a Madrid para embarcarlas hasta Katmandú, que por cierto hoy busqué la hora local… cinco horas y cuarenta y cinco minutos más que en Tenerife, es decir a las 12:15 de la tarde aquí serán las 18:00 horas allí, estaría bastante bien si no es porque por las mañanas me las pasaré andando de pueblo en pueblo y normalmente llegaremos sobre las cuatro o cinco de la tarde donde podré conectarme (según en que pueblo esté) para hablar con mi familia, ellos evidentemente me contactarían ya de noche.

Bueno, seguiré resolviendo problemillas, y los iré contando, ya queda muy poco y los nervios comienzan a manifestarse, no veo el día de coger ese avión que me lleve a Nepal.




miércoles, 2 de marzo de 2016

GRACIAS

No pensaba escribir hoy, pero no puedo resistirme.
Más de 40 uniformes para niños y niñas de entre 1 a 3 años de edad. Todo sin pedir absolutamente nada a cambio, así responde el Centro de Educación Infantil ante mi petición de ayuda para colaborar con la ONG Piooner Foundation Nepal, así responden cuando se trata de ayudar a niños que no tienen prácticamente nada. Chapó por ellos, no me equivoqué de Centro, definitivamente elegí el mejor para mi hija y aunque lo demuestran diariamente, con estos detalles lo dejan totalmente claro. ¡GRACIAS!

Por otro lado:
Libretas, lápices, gomas, bolígrafos, blocs de dibujos, paquetes de ceras de colores, paquetes de lápices de colores, paquetes de plastilinas, sacapuntas, pegamentos, libros para colorear, libretas Disney, estuches, reglas, rotuladores, folios, etc. etc…

¡IMPRESIONANTE! Me siento orgulloso, de cómo han respondido los padres y madres del Centro de Educación Infantil al que va mi hija, me parece increíble, tanto que les tengo que decir (a mi pesar) que paren porque no puedo llevarme más. 23 kilos… sí señor, veintitrés kilogramos de material escolar. La acogida que ha tenido la idea, ha superado con creces todo lo que podía imaginarme, gracias, gracias y mil veces gracias.

Se me ponen los pelos de punta solo de pensar la cara que van a poner cuando vean todo esto. Y no solo es material, es ilusión y confianza que han depositado, pueden estar tranquilos, hasta la última goma va a llegar allí, aunque por sobrepeso en las maletas tenga que llevarme algo en los bolsillos del pantalón.

Haré muchas fotos porque merecéis verles las caras, y ver que el material que habéis donado con tanta ilusión y tan desinteresadamente está allí.

Me siento muy orgulloso de que mi hija vaya al mismo centro donde van todos estos niños, amigos suyos, cuyos padres y madres han sido tan solidarios, habéis superado con creces lo esperado. 
No puedo decir otra cosa, desde aquí, desde este blog que con tanta ilusión hago, gracias, gracias y mil veces gracias.